Las personas que viven (vivimos) en zonas de guerra o han presenciado actos de violencia severa, así como quienes han sido abusados de diferentes formas, sometidos a situaciones extremas de estrés o interrogatorios de las agencias federales, militares, policíacas; quienes han vivido un asalto, un acto violento súbito por parte de sus parejas, quienes se han visto obligados a cruzar fronteras escondidos, arriesgando su vida; las personas que han sobrevivido a un secuestro, a un atentado, a la violencia intra-familiar, el abuso verbal de algún maestro o autoridad, o la explotación laboral e incluso ciertas personas a quienes les han roto el corazón de forma inesperada, su pareja los abandonó súbitamente, pasaron de una situación financiera estable a una situación inestable o han experimentado el encarcelamiento y la persecución; pueden desarrollar TDTP (Trastorno de Estrés Post-traumático).
Escribo desde una frontera compleja; del otro lado hay una guerra que ha durado más de diez años, en esta ciudad viven miles de desplazados por la violencia y otros miles en espera de asilo político o de que su situación migratoria se resuelva para obtener el permiso necesario para vivir en este país; además, en esta ciudad está ubicado uno de los campos militares más grande de Estados Unidos; jóvenes que van, vienen y se entrenan para otras guerras.
El Trastorno de Estrés Post-traumático es más común de lo que parece; la mitad de la población en esta ciudad llegó huyendo de la violencia. Pasar por situaciones que activan nuestro sistema nervioso para sobrevivir en esta frontera, ha sido nuestro pan de cada día.
El Trastorno de estrés post-traumático nace cuando, en respuesta a circunstancias de supervivencia extrema, el cuerpo secreta químicos y hormonas que nos mantienen en alerta total; son estos químicos y estas hormonas las que permiten que podamos reaccionar a tiempo cuando vivimos una situación que amenaza nuestra vida; si no se activaran, el miedo nos paralizaría. Gracias a la elevación de estos químicos es que podemos sobrevivir. Es una reacción natural de defensa generada por nuestro organismo. El trastorno (TDPT) nace cuando el peligro verdadero o la situación estresante ya han pasado, pero los químicos que nuestro cuerpo generó y las hormonas que se activaron para rescatarnos de una situación de peligro, continúan trabajando como si la situación de peligro todavía existiera.
Si no detectamos a tiempo el TDTP, el trastorno puede agravarse e impedirnos actuar con libertad, produciendo ataques de pánico ante situaciones cotidianas, o paranoia a la menor provocación. En las mujeres, la condición puede agravarse durante la etapa pre-menstrual, debido a la modificación hormonal al que su cuerpo fue sometido después del evento que le ocasionó el TDTP, desatando migraña, mareo, hiper-tensión, dolor de cabeza, trastornos alimenticios, etc (más síntomas están listados en la parte inferior de este artículo) .
¡Nuestro cuerpo es sabiduría pura y el poder de nuestra mente es incalculable! al grado que, si el cuerpo conserva ese nivel químico y hormonal a la defensiva todo el tiempo, nuestra mente comienza a construir realidad de peligro donde ya no existe. ¿Qué mejor prueba de que somos capaces de crear nuestra propia realidad imaginándola primero?
Ese es el Trastorno de Estrés Post-traumático.
Podemos, por ejemplo, sentirnos en peligro ante un pequeño comentario sarcástico socialmente aceptable dentro de nuestra convivencia diaria (aceptable no significa correcto, pero significa que generalmente no nos daña); el sarcasmo o la burla son una de las agresiones más comunes que vivimos diariamente y a la que estamos acostumbradas pero, quien vive con TDTP puede traducir una burla como la clave de un peligro inminente y reaccionar y aislarse junto a los síntomas físicos: dolor de cabeza, hiper-tensión, ira, etc. y comenzar a cortar todo vínculo social. En momentos así su condición puede agravarse.
Un nivel elevado de compasión es necesario para comprender a las personas que experimentan TDTP, así como una constante empatía para guiarlos en su recuperación. El TDTP es un experiencia que puede revelarnos el gran poder de nuestra mente y la enorme fortaleza en la que nos sumerge nuestro estado animal cuando nos vemos orillados a la más absoluta supervivencia.
Aceptarnos y ver el TDTP como la consecuencia de nuestro enorme poder, es el primer paso para comenzar a hacer las paces con nuestro cuerpo, y ayudarlo en el proceso de equilibro químico y hormonal; un proceso que no podemos forzar y por lo tanto requiere de paciencia, amor y observación exhaustiva.
Síntomas:
Algunos de los síntomas son:
Dolor de cabeza, migraña; irritabilidad, ataques de ira, ansiedad, problemas para conciliar el sueño o para dormir la noche entera. Sensación de hiper-vigilancia (estar alerta constantemente, sobresaltarse con facilidad). Hipertensión, mareos, trastornos del sueño, pesadillas.
Pensamientos negativos, estados de ánimo o emociones negativas.
Sentimiento de culpa, o culpar a otros por la circunstancia.
Incapacidad para recordar el evento en su totalidad, o eventos del pasado relacionados al evento que ocasionó el TDTP, o traumas anteriores que se suman al trauma que desató el TDTP.
Existen varios síntomas más, pero lo mejor es identificar de dónde viene nuestro cambio para comenzar a tratarlo. El TDTP se trata con paciencia, la recuperación requiere tiempo y sobre todo, requiere que alcancemos un estado de paz, mientras la química corporal y el sistema hormonal regresan a su estado normal. Entre más pronto identifiquemos el TDTP menos fuerza adquiere y más pronto nos recuperamos.
Aceptar el trastorno, sentirnos seguras, comprendidas y apoyadas, en calma, en silencio, observar exhaustivamente nuestros síntomas y comprender que existen por una razón; que nuestro nuevo comportamiento no surgió de la nada, que, tanto la energía de nuestro cuerpo como la química tienen que ver con la realidad que percibimos y que nos estresa o nos desestabiliza; es el primer paso para comenzar a estar en paz y recuperar nuestra vida.
La terapia energética, emocional y la meditación son excelentes herramientas para alcanzar nuestro restablecimiento, pero ayuda mucho también, saber que se trata sólo de un proceso pasajero, que sí, afecta nuestra mente pero nació del cuerpo; como si fuera una enorme ola de emociones, imágenes, circunstancias. y pensamientos que nos agita, nos revuelca y, poco a poco, nos deposita donde tenemos que estar, sanas, salvas y, sobre todo: amorosas, tranquilas y con un conocimiento sobre la mente humana, invaluable.
¿Tienes algunos de estos síntomas? ¿Has pasado por un evento similar?
Mi terapia te puede ayudar. Vence el miedo. Haz una cita.