La escritura es uno de los derechos que a la mujeres nos ha costado muchísmo ejercer, pero cuando llegamos a ella nos damos cuenta de la enorme herramienta que tenemos para reconciliarnos con nosotras mismas, para perdonar, agradecer, amar, aliviar el pasado, conciliar el miedo al futuro y vivir plenamente en el presente. La escritura autobiográfica puede abrir caminos insospechados para nuestro crecimiento. Por eso hoy quiero compartir con ustedes un ejercicio simple, que nos hará sanar de manera sencilla y rápida y, sobre todo, nos hará darnos cuenta que la escritura es una de las armas más poderosas para que podamos leer nuestro subconsciente, aunque pensemos que nuestra vida no es importante, aunque nunca antes hayamos escrito nada en nuestra vida, prueba este ejercicio y lo comprobarás:
Reúnete con un grupo de amigas y escriban, como si hicieran una lista del mandado, las cosas que se perdonarían. Nadie debe ver la lista de la otra. Aquí muestro un ejemplo:
YO ME PERDONO POR:
Haber defraudado a mi familia
Haber decidido tener un aborto
No cuidar mi figura
No dedicar tiempo suficiente a mis hijos
No haber estudiado lo que mis padres me me aconsejaban
No haberme quedado con una sola pareja
No ser lo que a mi madre le hubiera gustado
Por confiar demasiado en otras personas
Por no haber estudiado suficiente
Por deprimirme
ETC…
Al terminar la lista, compartan entre ustedes y busquen qué cosa que se perdonarían tienen en común. ¡Se sorprenderán del denominador común que surgirá entre ustedes! y ahora que saben que comparten un nudo emocional en el que necesitan trabajar, ustedes se volverán más unidas: ¡ya son hermanas!
¿Y qué es lo que refleja en realidad este ejercicio?
Este ejercicio pone en la superficie, a través de un truco de escritura, la maginitud de culpas que venimos cargando por mucho tiempo y no nos atrevemos a enfrentar. ¿Vieron cómo se construyo la pregunta? Si intentáramos hacer una lista de nuestras culpas, nunca hubiéramos logrado acceder a ellas realmente, la culpa es un sentimiento que nuestro subconsciente suele negar, ocultar y disfrazar para hacernos daño. Además ¡las culpas son mentiras!. Son juicios que hacemos crecer para limitarnos, por miedo a nuestra propia grandeza.
Pero el ejercicio no termina aquí. Ya vieron qué sencillo es detectar una culpa dentro de nosotras, usando la escritura. Ahora, si la culpa en común es, por ejemplo, no sentirse buenas madres:
VAN A ESCRIBIR un párrafo donde cuenten todas las veces que han hecho las cosas bien, a favor de sus hijos y de sus familias. Todas las veces que han dado todo por otros. ¿Qué tal? ¿Lo han hecho o no lo han hecho bien? ¡Claro que lo han hecho bien! Ahora ya conocen la clase de pensamientos que deben preferir para sentirse plenas y no cargar con ese enorme peso emocional que es la culpa.
Espero que este ejercicio les sirva y lo compartan con todas sus amigas, no les cuenten la conclusión del final hasta que no hayan hecho la lista ¿ok? Este es un secretito que comparto entre nosotras, mis queridas amigas.
Kanaka Buda.-
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